Las huertas tradicionales de los barrios del Aeropuerto Viejo y Las Casillas, junto con las de los parques públicos de Miraflores, San Jerónimo, Huertas del Rey Moro y Torreblanca eran los únicos restos de la tradición agrícola de la ciudad de Sevilla. Las huertas particulares son una forma no habitual de mostrar la interrelación de la actividad humana y el medio ambiente.
En el momento en el que se planteó este proyecto eran pocas todavía las personas en Sevilla que conocían la existencia de estas zonas, por lo que, a partir del mismo se pretendía potenciar el acercamiento de la población a estos espacios y dinamizar estas áreas y a sus hortelanas.
El proyecto se dividía en diferentes fases:
- Diagnóstico de la situación de las huertas: consistió en un análisis de las huertas en el que se determinó el número, la localización, su historia, sus dimensiones, prácticas tradicionales, las características de las personas hortelanas, el tipo de productos obtenidos, la utilización de los recursos locales, etc. El método para la elaboración del diagnóstico consistió en buscar documentación sobre las huertas en la ciudad de Sevilla y, por otra parte, realizar una serie de entrevistas a las personas hortelanas y a las vinculadas a las huertas.
- El resultado se plasmó en un documento, llamado ““Diagnóstico de las últimas huertas de Sevilla”, del que se entregó una copia a la Delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla. “Jornadas de Huertas Abiertas”: se realizaron distintas visitas a cada uno de los barrios objeto del estudio en las que vimos varias huertas, y una final, que sirvió como evaluación de todo el proyecto, en la que se visitó el Parque de Miraflores en el que se lleva a cabo el programa de los Huertos de Ocio, como ejemplo de recuperación de un espacio libre a través de la participación ciudadana.
- Difusión del Diagnóstico: el material elaborado se presentó en un “Encuentro de Huertas Abiertas” en el Aula de Medio Ambiente Urbano ‘El Ecolocal’.