Empecé a estudiar Ciencias Ambientales en Córdoba y acabé en Sevilla. Fui allí donde conocí a un grupo
de personas con las que además de compartir horas de clase, compartía horas de cafetería y de
césped...desde donde soñábamos transformar el mundo hacia un lugar más habitable para todas las
personas que vivimos en él.
Mientras soñábamos seguíamos formándonos y viviendo experiencias enriquecedoras, en colectivo,
haciendo la formación de Educación Ambiental, y en individual, haciendo el CAP (Certificado de Aptitud
Pedagógica), el Máster y Doctorado en Ciencias Sociales Aplicadas al Medio Ambiente, participando en
un proyecto de investigación en la Cuenca Minera de Riotinto o también realizando una estancia como
Educadora Ambiental en una Granja Escuela en la ciudad de Florencia (Italia). Todas y cada una de estas
vivencias alimentaron mi sueño, nuestro sueño.
En este camino he aprendido muchas cosas y desaprendido muchas más. Me he dado cuenta que mi
motivación es este aprendizaje continuo y cotidiano, este aprendizaje del ser y del estar, del construir en
colectivo, con sus idas y sus venidas, ...
A día de hoy sigo en el aprendizaje constante con este grupo de personas sin las que sería quien soy hoy,
ni haría lo que hago hoy, ni estaría donde estoy hoy: jugando, descubriendo, riendo, confiando,
disfrutando y aprendiendo por el camino.